Es una de las series del momento de Netflix. Creada por Manolo Caro, el también creador de La casa de las flores o Alguien tiene que morir, podría decirse que Érase una vez…pero ya no es una de sus series más redondas.
-Atención: No hay spoilers. Te contamos solo los 10 primeros minutos de la serie.
Todo comienza en el medievo. Con el amor salvaje entre Soledad, la princesa, y un pescador. Soledad tiene dos madres, las dos reinas (es un medievo muy tolerante, por suerte), que son pareja pero que entienden muy diferente la educación de su hija. Una de ellas no va a tolerar que se case con un simple pescador y ahí comienza la trama. Por cierto, hay un dragón (desde Juego de Tronos que echaba mucho de menos un dragón).
Las madres lesbianas de la princesa son personajes secundarios, pero tremendamente geniales. Interpretadas por dos pedazo de actrices, Mariola Fuentes y Mariana Treviño, dos asiduas de Manolo Caro.
Erase una vez…pero ya no recuerda mucho al Almodóvar que a mi me gusta, el de hace dos décadas. La estética es tremendamente vitalista y colorida y tiene unos puntos muy divertidos, sin embargo, el guión no se pierde entre tanta purpurina, como desgraciadamente le pasó a La casa de las flores (aunque nunca olvidaremos el maravilloso amor lésbico entre Paulina y María José). La historia engancha hasta el final, y mira que hace cuarenta giros a la trama en los dos últimos capítulos. Además son 3 horas en total toda la serie (6 capítulos de 30 minutos aproximados cada uno).

Fuente: Madres Lesbianas, Diario El Diverso.