Esta periodista logró ingresar, de forma infiltrada, a un congreso de extremistas religiosos. Ellos buscan ‘sanar’ a los ‘quebrantados’.

Esta periodista relató lo que ocurre dentro de los congresos de extremistas religiosos. En estos, fanáticos religiosos aseguran ‘curar la homosexualidad’, o como ellos dicen: “Sanar a los quebrantados”.

Vanessa Job es la intrépida periodista que asistió a la ‘5 Jornada de Restauración Integral Sexual‘. Actualmente ella trabaja como reportera para Milenio, y fue ahí donde relató su experiencia.

Son alrededor de doscientas personas que están seguras de que su deber es ayudar a esos quebrantados para que emprendan un camino de sanación a través de Dios. Están dispuestos a todo: a que los llamen homofóbicos, a enfrentar a la ciencia y a costear la existencia de Exodus, una organización cristiana que funciona a escala internacional.

El congreso, relata Vanessa, funciona como una especie de ‘pirámide ideológica‘. Buscando ‘la restauración de los homosexuales’, líderes, consejeros cristianos, pastores y padres de familia obtienen información (que evidentemente es errónea), para que sea replicada en sus iglesias y hogares.

Una enorme cruz blanca se encuentra en el escenario, mientras que a los costados y detrás de los asistentes hay equipo de seguridad que vigila que nadie tome fotografías o videos del evento.

Un documento de confidencialidad es firmado al ingresar al recinto. Este mismo prohíbe la grabación y reproducción de lo que ocurre en el congreso. Con tan solo sacar algún dispositivo móvil, un elemento de seguridad se acerca para que el aparato desaparezca de escena.

Dos filas delante de mí está sentado un joven de unos 20 años. Lleva el cabello a rape, una chamarra de mezclilla y en su rostro se logran ver sutiles modos femeninos. No puedo saberlo, pero parece estar avergonzado, quizás por sentir esa atracción que todos a su alrededor le dicen que está mal. Aquí el discurso central se basa en la culpa y el deseo de tener una eternidad en el cielo y no en el infierno. Quizás ese joven vive atormentado y esté ahí con la idea de que quiere salvarse, pero nadie lo ha enseñado a aceptarse y quererse como es.

Este joven, comparte Job, escuchó por las siguientes cuatro horas los ‘milagros de dios’ en voz de diferentes personas.

Una de ellas fue Patricia Rodríguez, quien les narró cómo Jesús la ‘curó del cáncer’ gracias a 40 oraciones. ¿La finalidad? Asegurar que si ‘el señor’ pudo lograr eso con el cáncer, lo puede hacer también con la homosexualidad.

Otra de las personas incluidas en la charla es Olivia Corral, psicóloga que asegura ser de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Jessica la describe como si s estuviera escuchando a ”un pastor predicar”.

Hasta el escenario del auditorio llega un hombre con camisa a cuadros, con una gran panza y pelo cano. Me recuerda a “los osos”. Su nombre es Stephen Black y estuvo ligado a la trayectoria de Adam Chambers, uno de los líderes cristianos más importantes en Estados Unidos, quien en enero de 2012 anunció en la conferencia de la red de líderes cristianos ‘que nadie cambia’, que 99 por ciento de las personas no cambia su preferencia [sic] sexual. Al año siguiente ofreció una disculpa pública a la comunidad LGBT: ‘Por mucho tiempo hemos sido aprisionados en una visión del mundo que no es la de amar a nuestros semejantes, ni bíblicamente’.

Stephen Black comentó que tuvo una revelación ante las ”declaraciones falsas de Chambers”. Jessica relata que este dijo:

El Espíritu Santo vino sobre mí y me dijo tienes mil 200 expedientes de personas que han pasado por este ministerio en los últimos 25 años, encuéntralos, ve cómo están viviendo, ¿es correcto lo que dijo Alan o esto es lo correcto?

Black intentó convencer a ‘los quebrantados’ que logró obtener evidencia de la ”libertad duradera de la homosexualidad”, pues buscó a 500 miembros de la Iglesia para realizarles una encuesta y conocer sus resultados de la homosexualidad.

Tiempo después, asegura, logró obtener respuesta de más de 150 feligreses, lo que le valió escribir el libro Freedom Realized.

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Vanessa Job concluye su experiencia contando que en este cierre del primer día del congreso, se lee en una última diapositiva: ”Se necesita dinero, muchos pesos. Apoya económicamente a Exodus Latinoamérica”.

Luego pregunta si su charla les ha dado esperanzas. Los asistentes aplauden y aceptan el desafío: saldrán a las calles a luchar contra el enemigo que, según palabras de los organizadores, está en aquellos con “una sexualidad muy diferente a la que Dios diseñó y que conduce a esclavitud, destrucción y soledad”. Para este momento les quedan 22 horas de congreso, pero yo ya tuve suficiente…

El congreso se llevó a cabo en el Centro Evangélico Emmanuel, en Ciudad de México. Ahí, por tres días y realizando un pago por asistente de entre 500 y 650 pesos, asistieron cerca de 200 personas. Algo que, calcula Vanessa, les generó ganancias de por lo menos 100 mil pesos.

Ay, amigos. Me ofrezco para ayudarles a educar su homofobia… ¡sin costo! Por favor, digan que sí.

Fuente: Soy Homosensual, Diario El Diverso