Hay historias de amor que estremecen. No solo por la intensidad de sus sentimientos, sino que sobre todo por la lucha que ha implicado para las dos personas poder hacer algo que nos parece tan fácil, como dar la mano, un beso, compartir una cama, una casa, una vida.
En esta redacción nos quitamos el sombrero ante Fathima Noora y Adhila Nassrin. Se conocieron a los 22 y 23 años estudiando en Arabia Saudita. Se enamoraron y comenzaron una relación que durante años mantuvieron a escondidas de su familia.
Un día decidieron salir del armario ante sus seres queridas y contar que realmente no eran amigas, que se amaban y deseaban estar juntas. La reacción de las personas que por sobre todas las cosas deben quererlas y protegerlas fue todo lo opuesta, por lo que Fathima Noora y Adhila Nassrin escaparon y pidieron ayuda a Colectivo Vanaja, un refugio LGBTQ+ de Kozhikode.
Hasta ese refugio llegaron sus familias a buscarlas. Y aunque prometieron no hacerles daño, la familia de Adhila la secuestró y mantuvo encerrada.
La pareja llevó su historia al tribunal de Kerala. Y, afortunadamente, ganaron el caso. La Justicia les dio la razón y les permitió vivir su amor impidiendo a sus familiares retenerlas.
«Fue duro y nos agotó emocionalmente», dijeron a The Quint. «Recibimos mucho apoyo de la gente de la comunidad LGBTQ. Con la orden del Tribunal Superior de Kerala, somos felices y libres».

Fuente: Revista Oveja Rosa, Diario El Diverso.
Es terrible todo lo que les ha pasado y son muestra de que hay mucho trabajo por hacer para extender los derechos y la protección que tenemos en los países occidentales al resto del planeta.
Quienes no vivimos del modo en el que el sistema patriarcal esperaría, tenemos que ser más fuertes, y para ello tenemos que dejar atrás el individualismo exacerbado que ha marcado los últimos años. Debemos organizarnos mejor, al menos de un modo tan eficaz como aquel de la gente que se encuentra todos los fines de semana en sus diferentes templos. En torno a una nueva religión no dogmática, atea/agnóstica (o por lo menos no teísta), feminista, antirracista, ecologista y aliada de LGBTIQ+ lo estaríamos, y podríamos conseguir que se estableciesen comunidades de mujeres, hombres y personas de géneros no binarios en muchos lugares, autogestionadas y con fuertes relaciones de cuidados entre sus integrantes.
En el blog infinito5.home.blog escribo sobre ella
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