Grecia ha dado un paso significativo hacia la inclusión y la igualdad al legalizar el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo. A pesar de la resistencia de la influyente Iglesia Ortodoxa, el gobierno conservador liderado por el Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis ha llevado a cabo una reforma social que marca un hito en la historia del país.
El proyecto de ley, presentado por el partido Nueva-Democracia, recibió la aprobación de 176 de los 254 diputados presentes en el Parlamento, tras intensos debates durante dos días. Este acto legislativo ha convertido a Grecia en el 37º país en el mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y en el 17º de la Unión Europea en hacerlo.
Es importante destacar que Grecia, conocida por su arraigado modelo de familia tradicional, se convierte en el primer país de tradición cristiana ortodoxa en permitir la adopción por parejas homosexuales. La decisión representa un cambio significativo en la percepción social y legal de la diversidad familiar en un país donde la Iglesia Ortodoxa ha ejercido una considerable influencia.
El Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis desempeñó un papel crucial al presentar y respaldar el proyecto de ley ante el Parlamento, subrayando el compromiso del gobierno con la igualdad y la no discriminación. La aprobación del proyecto fue un proceso que contó con el apoyo no solo del partido en el poder, sino también de varios partidos de la oposición de izquierda, reflejando un consenso más amplio en la sociedad griega.
Este acontecimiento histórico ha sido recibido con entusiasmo por las asociaciones LGBT+ y las parejas homosexuales con niños, quienes consideran que Grecia está viviendo un momento trascendental en términos de derechos civiles. La votación favorable representa un avance significativo hacia una sociedad más inclusiva y diversa, desafiando las normas establecidas y promoviendo la igualdad de derechos para todos los ciudadanos.

