Estos son los 5 peores tipos de ligue lésbico de los que te tienes que cuidar.
Aguas con estos 5 tipos de ligue lésbico, que te puedes encontrar en la app de ligue de tu preferencia, el antro al que vas a ligar… o prácticamente en cualquier lugar. (Si te queda el saco, échale un ojo a nuestros tips).
1. La intensa
Si sales con ella: a las dos semanas ya habrás conocido a toda su familia, amigos y tendrá todo un catálogo de vestidos de novia combinados. La mayoría de las veces sus intenciones no son malas, pero tampoco son precisamente sanas. Si la chava te gusta mucho y sientes que es tu amor bonito, habla con ella y pongan límites. En caso contrario, quizá lo más fácil sea alejarte.
Si eres ella: es bonito y está bien ilusionarse… cuando hay motivos para ilusionarse. Trata de llevarte las cosas con calma, especialmente por ti. Todas hemos sido intensas en algún momento de nuestras vidas, y a veces es hasta necesario. Pero tenemos que tener mucho cuidado de que sea intensidad de la sana, y no de la obsesiva.
2. La que está traumada con su ex
Si sales con ella: si quieres algo bien, evítala. Lo más seguro es que salgas con el corazoncito roto porque aún no suelta totalmente a su ex o los momentos que vivió con ella. Ahora, si quieres algo casual, deja las cartas sobre la mesa con ella. Tampoco está bien aprovecharse de la vulnerabilidad de alguien.
Si eres ella: cierra ese ciclo antes de buscar otra relación. Eso de que un clavo se saca con otro clavo no es cierto, amika. Si la aplicas, lo que harás es enterrar más al primer clavo y desperdiciar otros que te hubieran servido para hacer un buen mueble.
3. La que está en contra de otras personas LGBT+
Si sales con ella: ¿cómo una persona que es parte de una comunidad rechazada y discriminada, puede a su vez discriminar? A lo mejor dice que no cree que las mujeres trans sean mujer reales o que las bisexuales no existen… Si crees que vale la pena, trata de hacerla entender que todas las expresiones de género y orientaciones sexuales son válidas. Y si no, replantéate si quieres y puedes estar con alguien que piense así.
Si eres ella: a ver, mija. Repite conmigo: el respeto al derecho ajeno es la paz. Y así mil veces hasta que entiendas que lo que cada quien haga con su cuerpo y su sexualidad, es cosa de ellos y no tienes por qué desvalorizarla. Piensa que muchas personas tienen esa misma idea sobre nosotras las lesbianas. Así que no repitamos lo que odiamos y nos hace tanto daño que nos hagan. Mejor informémonos y abracemos a la hermosa diversidad que nos rodea.
4. La stalker
Si sales con ella: sabe tu dirección, a dónde vas al gimnasio, cuántas novias has tenido, el nombre de tu primer perrito y hasta cuándo fue el último día que te bajó. Hay de dos sopas: o le dices que te incomoda tanto acoso (llamémosle como lo que es), o huyes de ahí a paso veloz.
Si eres ella: hay niveles de stalkeamiento aceptables, como ver sus fotitos en redes porque no puedes dejar de ver su carita preciosa. Pero estar revisando a quién le comenta, qué le comenta, dónde dejó un like y detalles mucho más privados de su vida es cero sano, amika. No dejes que te rebase la curiosidad y respeta la privacidad de las otras personas como tú tienes derecho a que respeten la tuya
5. La macho mexicano
Si sales con ella: una pensaría que las mujeres lesbianas somos más conscientes de qué actitudes son machistas para no repetirlas… pero no. Y nunca falta la que anda sabroseando niñas cual macho patán, la que cree que si te invita algo la tienes que “recompensar” con sexo o, en peores casos, la que te violenta verbal, psicológica y físicamente. Nuestro consejo es… déjala, amika. Déjala y no mires hacia atrás. Ni tú ni ninguna otra mujer tienen que estar aguantando misoginia por parte de NADIE.
Si eres ella: sí, vivimos bajo un sistema que es machista y misógino de por sí. Así nos educaron y es lo que estamos acostumbradas a ver. Pero no es excusa para no tomar consciencia de tus acciones y actitudes y cambiarlas. Hay desde “micromachismos”, como que juzgues a otra chica por su vida sexual, a expresiones más violentas que no deberían tener cabida en nuestra sociedad. Si tienes alguna de esas actitudes, cámbialas. Aunque te cueste trabajo. No podemos darnos el lujo de ser parte del problema. Busca información o acércate a la feminista que más confianza le tengas y mata al macho misógino que llevas dentro.
Fuente: Soy Homosensual. Diario El Diverso